A fin de usar las finanzas adecuadamente el paso inicial consiste en entender cuáles son mis posesiones, es decir, los bienes que he acumulado hasta el momento. Para ello usamos el Balance General, que tiene 2 componentes: Los Activos y los Pasivos.
Los activos son por ejemplo, un automóvil para una persona que trabaja como taxista es una fuente de ingresos, le genera un ingreso de efectivo (flujo de caja positivo) y por lo tanto puede ser considerado como un activo. Alternativamente los ahorros que mantengo en un certificado de depósito a plazo fijo (CDT) en un banco me renta intereses, aunque menores, por ejemplo, que las inversiones en acciones (renta variable) es un monto de dinero que sí me serviría en caso que yo tuviese alguna necesidad imprevista. Así también puede ser clasificado como activo.
Entonces activo es toda aquella posesión material (bienes inmuebles, bienes muebles, acciones, CDT) que me genera ingresos o que me protege frente a un evento inesperado que puede afectar mi capacidad de generación de ingresos (flujo de caja). En síntesis es aquello "que pone dinero en mi bolsillo.
Imaginemos ahora el caso de una persona que trabaja como dependiente ocho (8) horas al día en una oficina y que le resulta fácil usar transporte público. Esta persona usa su automóvil particular para desplazarse desde su vivienda hasta su lugar de trabajo. En este caso el auto le genera una salida de efectivo (flujo de caja negativo) y en consecuencia, puede ser considerado como un pasivo.
Pensemos ahora en una persona que trabaja como contadora en una universidad y vive en un departamento que ella ha comprado con sus ingresos. Ha recibido un incremento de su salario en 20% y por tanto, piensa que debería comprarse otro departamento más grande. Muchos pensaríamos que la decisión de comprar una casa supone comprar un activo pero en estricto sentido, estamos endeudándonos y por tanto, esta decisión supone adquirir una deuda y en el corto plazo, estaríamos adquiriendo un pasivo, Pues el departamento mas grande supone un flujo de caja negativo adicional.
De esta manera un pasivo es todo aquello que supone una obligación de pago (crédito vehicular, crédito hipotecario, pago de alquiler, pensión de colegio, pago de servicios públicos). Entonces un pasivo supone una salida de efectivo que genera un flujo de caja negativo. Así un pasivo es todo aquello “que saca dinero de mi bolsillo[3]”.
Por otra parte, los Pasivos son las inversiones que me generan satisfacción y bienestar, pero que a su vez me producen gastos. Debemos tenerlos porque "para eso trabajamos" hacen parte de nuestra búsqueda de felicidad.
Si sumamos todo lo que tenemos como activo y lo comparamos con todos los pasivos, obtenemos el patrimonio. Así el patrimonio se obtiene de la siguiente ecuación:
Activos - Pasivos = Patrimonio
La idea es entonces, que mantengamos un equilibrio entre los activos, que generan tranquilidad y los pasivos que generan satisfacción. Observe entonces que la recomendación NO es vender los pasivos para convertirlos en activos, sino construir a lo largo de la vida un equilibrio entre ellos, de manera que Usted disfrute de las comodidades producidas por los pasivos, con la tranquilidad de que los activos le ayudaran a mantener los costos asociados a los pasivos.
Interpretación del Balance General
Para la mayoría de personas, el resultado de un patrimonio negativo es desalentador, usualmente se considera que un resultado negativo implica de alguna manera un manejo desacertado de las finanzas personales. Sin embargo, esto no es del todo correcto, pues un patrimonio negativo simplemente implica que es necesario trabajar para poder mantener el nivel de vida actual.
En efecto la mayoría de las personas dependen de su actividad laboral cuando empiezan su vida económica, esta situación no es opcional sino un hecho práctico. Lo que sí es opcional es qué tanto se depende del trabajo a medida que se va avanzando por la vida. Imagine un joven recién graduado que empieza su vida económica trabajando. Seguramente su primera decisión será comprar un automóvil. Esta decisión le genera un patrimonio negativo, pero esta decisión, si bien no es ideal en el sentido que el valor destinado a los pagos del vehículo hubiesen podido dedicarse a un activo, tampoco es errada, pues este pasivo le genera satisfacción y comodidad.
El problema está en la evolución de esta primera compra, pues si este joven decide cada año cambiar su auto por uno más lujoso, seguramente no tendrá forma de adquirir activos y al final, el equilibrio del que hablábamos anteriormente no se logrará nunca.
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