La ardilla y la nuez

by 10:02 0 comentarios



Esta historia no me la conto un pajarito, me la conto una ardilla, descendiente directa de la gran ardilla, ella era la tátara tátara tátara tátara tátara tátara tátara tátara tátara tátara rarara nieta de la ardilla que había cambiado toda la historia del bosque, era una de esas ardillas que como todas anda por ahí brincando de un lado para otro, pasando por las ramas debajo de los árboles y moviéndose por todas partes en busca de nueces, y no es que lo hagan por que quieren, no, simplemente porque deben escapar, huir de sus depredadores, sobre todo de un mono araña que esa en medio del bosque quitándole las ramas quitándole las nueces aunque no se las coma, que es su perfecto enemigo, así que ella siempre anda brincando de un lado para el otro.     
 
Un día estaba viendo una nuez que estaba muy enterrada cuando la fue a sacar se dio cuenta que a la nuez le estaban saliendo unas raíces y ahí fue que pensó que si ella podía sembrar una nuez algún día tendría su propio nogal, así que dedico a conseguir muchas más nueces, cogía una nuez y la sembraba, cogía otra y se la comía, una nuez y la sembraba otra y se la comía, y en poco tiempo tuvo muchas nueces sembradas, esperando a que alguna de ellas germinara, así lo hacia todo el tiempo, en primavera arreglaba la tierra, en verano recogía las nueces, en otoño las sembraba y en invierno descansaba, primavera verano otoño invierno, preparaba la tierra, recogía las nueces, las sembraba y descansaba.

De tantos inviernos, primaveras , veranos y otoños en pasar, un día creció una de esas semillas y se convirtió en un gran nogal y no le dio una ni dos ni tres, si no cuatro y cinco y seis nueces, le dio tantas nueces que ella ya no sabía ni qué hacer con ellas, obviamente si, las primeras se las comió pero conservando su costumbre seguía sembrando para garantizar que siempre tuviera nueces, con las nueces y con el árbol vinieron muchos más animales, las mariposas por ejemplo le pedían permiso para poner allí sus huevos, los búhos le pedían autorización de que las dejaran hacerse por allí para comerse unos insectos que incluso eran plaga para el árbol, y las ardillas obviamente no se hicieron esperar, se acercaban por ahí en época de invierno para pedirle a la ardilla nueces, ella las tenía todas así que se las ofrecía a cambio de frutas exóticas o elementos brillantes que se encontraban en el bosque que tanto le gustaban.

Paso el tiempo y ese bosque de nogales que tenía cada vez tenía muchas y muchas más nueces y mientras más tenia más nueces le daban a ella, con tantos animales alrededor estaba protegida alejada de sus depredadores, pero nunca perdió la costumbre, siempre sembraba una nuez y se comía otra para asegurar la abundancia para su descendencia y asegurarse de paso un lugar en la historia del bosque.

Aldo Lozano Ruiz

El Autor

Superboy │ Blogger │ Miembro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días │Licenciado en Administración │ Estudiante de Psicología en la UPT │ Maestro de Seminarios │ Oficial de Aduanas │ Fan de Superman y James Blunt │ Pasajero de la Vida. Lo mejor que alguien me podría decir es que soy un buen amigo. Me gusta caminar, correr, viajar, escuchar música, leer, conocer, conversar, experimentar. Trato de ser amable y honesto, y digo las cosas tal cual las pienso y las siento. Sueño con ser un buen padre. Hacer lo correcto es mi misión, ser recordado mi visión y ser feliz mi objetivo. No quiero ser exitoso ni mucho menos reconocido, solo quiero ser recordado. Pienso que si nos tratamos todos como hermanos y estamos siempre unidos este mundo sería mejor. Prefiero decir "Nosotros" a decir "Yo"

0 comentarios:

Publicar un comentario